A .·. U .·. T .·. O .·. S .·. A .·. G .·.
AD UNIVERSIS TERRARUM ORBIS SUMMI ARQUITECTIS
GLORIAM
IV°
GRADO
Por Eques ab
Aquila Coronata
Ilustres Hermanos
Maestros Secretos:
Si
bien la Masonería Azul o Simbólica nos mostró y enseñó que ingresando a ella
como APRENDICES, era con el objeto de descubrir una nueva modalidad de
comprensión derivada esta del entendimiento del simbolismo; fue con la
finalidad que descubriéramos las verdades que nos hacen libres. Que fuimos
avanzados al grado de COMPAÑEROS, con la razón que descubriéramos nuestro
potencial, junto con el dominio de nuestros sentidos y pasiones a fin de
incrementar nuestros valores intelectuales y espirituales. Y que alcanzando la
exaltación al grado de MAESTRO MASÓN, aprendimos, por este medio, el
significado de la vida y de la muerte, mediante nuestra transformación en el
Maestro asesinado por sus mortales enemigos: la ignorancia, la hipocresía y la
ambición, para finalmente resucitar encarnando al Maestro. Hemos ahora, dado un
nuevo paso: nos hemos convertido en MAESTROS SECRETOS. En esta dignidad
nuestros esfuerzos deben enfocarse en demostrar que nuestra CONCIENCIA es
nuestro verdadero juez, juez esencialmente equitativo e íntegro, que nos cambia
primeramente a nosotros mismos y luego a la sociedad en que vivimos bajo los
preceptos del Honor, la Verdad y la
Justicia. Esta Conciencia es la que nos hace distinguir el bien del mal, la
justicia de la injusticia, y es quien nos empuja a la perfección. Definimos a
la CONCIENCIA, como la capacidad intuitiva, sujeta al desarrollo y la
perfección por medio del raciocinio y la experiencia, conociendo de esta
manera, el bien que debemos hacer y el mal que debemos evitar.
Ahora
bien, sumando la CONCIENCIA a la INTELIGENCIA, es que nos damos cuenta que
deben funcionar en perfecta armonía. La Conciencia nos indica lo que es bueno,
lo que es conveniente; la Inteligencia es la palanca poderosa que endereza
nuestros pensamientos a fin de que sean puestos al servicio del mejoramiento de
nuestros trabajos. Así, el Hombre está puesto en el sendero para encontrar la
felicidad y por tanto, de ser útil a la Gran Obra, ya que no es posible que
salga algo bueno y digno de nuestro Arte de un corazón amargado y lastimero.
No
olvidemos que ahora nuestro trabajo, ya no necesita de los símbolos materiales
para realizar esta Obra, por tanto, las herramientas de la construcción, están
puestas en las Columnas y los Trabajos se encuentran “suspendidos”. Y es así
porque el Maestro Secreto ya cuenta con los elementos necesarios para mirarse a
sí mismo y a la sociedad en la que vive. No hay posibilidad que los Ideales
Masónicos se desarrollen sino cambiamos el entorno en el cual vivimos. Aquí
toma sentido el concepto ritual del Primer Grado, cuando hace alusión a la
beneficencia del “Saco de la Viuda” en el término “Tzedakah”. Si bien al
colocar nuestra mano cerrada en el saco y abriéndola colocamos algunas medallas
profanas en su interior, desde el punto de vista filosófico y Capitular,
representa nuestro voto con el cual adherimos no tan solo a un acto de caridad
y filantropía con el sufrimiento humano, sino desde la perspectiva de la “Justicia
Social”. Visto así, es fácil desentenderse del mundo real en que vivimos con
solo hacer un ejercicio material y externo dando algunas monedas; cosa que es
muy distinta a involucrarnos en la raíz del sufrimiento humano. ¿Cómo abordamos
la solución? Con la clara lección de este grado: solucionando los conflictos
sociales de la mano de la Conciencia; aquella que se encuentra lejana de las
promesas políticas, sino del carácter divino que ella tiene.
Como
Maestros Secretos, estamos de duelo por el asesinato de nuestro Maestro Hiram
Abif, y todo nuestro que hacer es una prolongación más del sufrimiento de los
Maestros Masones. De hecho, la Logia continúa circundada con las colgaduras
negras, que ahora recibe el nombre de “Sanctus Santorum” o Santo de los Santos.
La Leyenda del Maestro Hiram Abif continúa.
Salomón,
uno de los tres Grandes Maestros, escogió a siete de los más dignos y expertos
entre los hermanos y los nombró Guardianes del “Sanctum Sanctorum” y de las
Joyas Sagradas del Templo. Por este hecho recibieron el nombre de “Maestros
Secretos”. A su tiempo fueron elevados uno a uno a grados superiores y otros
hermanos fueron cubriendo sus lugares.
Antes
de recibir tal dignidad, cada Maestro se encontraba perdido y viajando solo con
la ESCUADRA de compañía, aun conociendo la ACACIA, pero olvidando el COMPAS. El
Maestro Arquitecto no estaba para dirigirle; la verdad estaba perdida y como
tal el error le extraviaba junto a los falsos sofismas, que se traducían al
final en engaños. Como tal, solo el duelo, el dolor y el luto eran la expresión
de su alma.
Sin
embargo, el sentimiento de admiración y de gratitud al Gran Maestro de la
verdad, hacen que su búsqueda le oriente hasta el Sepulcro de Hiram donde recoge
sus cenizas y procede a embalsamar su Corazón, colocándolos en una Urna de Oro.
Luego la lleva al Sanctum Santorum, abriendo esta con la llave del TEMPLO DE LA
RAZON.
Este
Sagrado lugar es donde se encuentran todos los tesoros de los Maestros
Secretos: Siendo recibido, este Maestro Masón perdido, por Salomón y Adonhiram
- que era el Inspector de los trabajos en el Templo de Salomón - le fueron
mostrados los emblemas de los atributos del Gran Arquitecto del Universo,
contenidos en el Delta Brillante, que era a su vez el contenedor del VERDADERO
NOMBRE DE DIOS, y que fuera perdida su correcta pronunciación. Le fue mostrado
el misterio del Circulo, de la Estrella Resplandeciente y sus Cinco Rayos; el
Arca de la Alianza, símbolo de la Alianza que Dios hizo con el hombre; las
Tablas de la Ley que diera Dios a Moisés; los panes de la Proposición; un
luciente Pebetero lleno de incienso que recordaba los Votos hechos a Dios; el
Candelabro de siete brazos.
Este
Maestro Secreto es el guardián del Sancta Sanctorum y de todos los valores que
ellos significan. En lo sucesivo y de acuerdo al celo mostrado, viajará a
través de nuevas responsabilidades en el tránsito por los grados bíblicos e
israelitas.
El
Maestro Secreto en su trabajo comienza cuando el sol aparece en el oriente,
disipando las tinieblas y termina cuando la gran luz desaparece.
El
candidato embalsama el corazón de Hiram Abif, descubriendo los misterios del
Arca de la Alianza y encuentra los fundamentos de la Libertad y de la
Fraternidad por medio de la Justicia, guiada por la Conciencia.
El
Argumento de la Iniciación se basa en la celebración de las exequias del
Maestro del Templo y en la consagración del mausoleo que Salomón hizo erigir
para depositar en el las cenizas del Maestro Hiram Abif. “Nuestros triunfos
están de luto, nuestros malletes de duelo, ellos son la expresión del estado de
nuestros corazones”. Los Trabajos de Arquitectura se encuentran suspendidos y
de duelo por la muerte del Maestro, las herramientas las guarda Adonhiram en
las Columnas, y está esperando que se presente el más apto para dirigir las
obras, para nombrarlo sucesor del Maestro asesinado.
¿Qué
es lo que hemos jurado como Maestros Secretos? Que por nuestra palabra de
honor, respetaremos los derechos de los demás, cumpliendo nuestros deberes,
estudiándonos a nosotros mismos, sobre todo, para corregir nuestros propios
defectos, y disimular los de nuestros hermanos, aconsejándoles para que se
corrijan y se reformen. Hemos además, jurado ejercitar nuestra Razón y nuestra
Inteligencia.
En
justo premio a nuestro juramento, es que se nos ha quitado la Escuadra, y se
nos ha sacado de la oscuridad, cuando ha sido retirado el Mandil del Maestro
Masón de nuestra visión para darnos la LUZ. Se nos ha ceñido la Corona de
Laurel y de Olivo y se nos ha dado la Llave de Marfil. Estamos ahora en el
Sancta Santorum o Santuario, dispuestos a cumplir con nuestro más sagrado
deber: IMITAR LAS VIRTUDES DEL MAESTRO HIRAM ABIF, siendo por este medio,
dignos de poder sucederle.
Las
Tinieblas están disipadas, nuestro corazón renace a la esperanza sintiendo que
la Justicia es tan real como el pensamiento que la añora. Que si tenemos un
cuerpo material lleno de necesidades y constantemente combatido por las
pasiones, también tenemos CONCIENCIA, de esencia Divina, y que es fecundada por
la Razón, enemiga y destructora del error.
Como
Maestros Masones, vimos en el drama de la muerte de nuestro Maestro, como “la
carne se desprendía de sus huesos” llamándonos la atención acerca de la muerte
física, pero hoy, descubrimos que ello no implicaba que el “Pensamiento” muriera, sino al contrario, este renacía con
mayor vigor porque la Verdad nunca muere. Tal cual como sucedió cuando Jesús
crucificado, al dar su último suspiro, no hace otra cosa que inaugurar el
Espíritu de Redención.
Hoy
nos reunimos, mis Queridos e Ilustres Hermanos, para comenzar una nueva era de
los trabajos Capitulares, los que serán enfocados a destacar y potenciar cada
una de las virtudes que la masonería nos tiene preparados en sus diferentes
grados de excelencia. Como tales, las exigencias son mayores a las que
conocimos en las Logias Simbólicas, requiriendo de nosotros mayores
investigaciones a fin de que nos beneficiemos de los altos estudios filosóficos
y herméticos. Para ello, cada uno de los grados y sus múltiples significados,
que iremos estudiando en lo futuro, serán trabajos y exposiciones de magisterio
con opiniones de acabada excelencia.
La
masonería en general necesita de Maestros en todos sus Grados, ciertamente con
la finalidad de corregir el error, la desviación y la contra-iniciación que se
ha apoderado de no pocas Logias y Ordenes. Es allí donde debe brillar la
auténtica LUZ de los Iniciados y dar cabida a quienes ávidos del conocimiento y
las verdades ancestrales redirigen sus pasos hacia el Santuario. Las puertas se
encuentran abiertas; quienes crucen los diferentes umbrales, serán los elegidos
por sus propios meritos.
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